El israelita al presentar su ofrenda delante de Dios no lo hacía en forma mecánica, sino como un acto de adoración y de agradecimiento. Así mismo nosotros debemos presentar nuestra ofrenda como un acto solemne lleno de reverencia.
Al momento de ofrendar para la obra de Dios, debemos hacerlo, con actitud de adoración, teniendo plena conciencia del acto que realizamos y de su gran importancia.
Hay actitudes negativas que algunas personas adoptan al ofrendar, las cuales deben ser corregidas, como son:
a) Hablar mientras se ofrenda.
b) Masticar chicle.
c) Dar anuncios mientras recolectamos las ofrendas y los diezmos.
Estas son situaciones que roban la bendición del momento y la reverencia necesaria que se debe tener. Lea 1 Crónicas 16:29.